Imagina que estás en Tenochtitlan y, de repente, tienes muchas ganas de ir al baño; nos situamos por ahí del 1400 d.C., cuando aún no llegaban los españoles. Tus opciones para asearte son: una piedra de río, hojas de maíz o cualquier otra hoja que te encuentres en el camino. ¿Cuál eliges?
Mientras nosotros usábamos hojas y nuestro estilo de vida era más higiénico, los romanos hacían una estopa con la que poder limpiarse, la cual era compartida por todos en el baño común. Esa estopa, llamada tersorium, fue un enorme transmisor de enfermedades. Bastante interesante, ¿no?
Si buscas quién inventó el papel higiénico, seguro te aparecerá que Joseph Gayetty realizó esta proeza en 1857 y es considerado el que introdujo al mercado mundial este producto. Sin embargo, no descartes que la idea, así como un montón de inventos más en esa época, pudo haber llegado de alguna otra persona.
En 1857, los artículos de aseo personal no se trasladaban tan rápido como ahora, así que el papel higiénico llegaría unos años más tarde a México, no obstante, este utensilio no estaría al alcance de todos. Las personas con escasos recursos optaron por limpiarse con alguna revista o periódico. Mientras, los mexicanos con mayor poder adquisitivo ocultaban a sus conocidos el hecho de que compraban papel para limpiarse; era una especie de tabú.
Actualmente, gozamos de este invento a muy bajos precios, sin embargo, ahora enfrentamos otro reto, la producción de papel higiénico afecta mucho al medio ambiente. Por este motivo, se ha optado por el uso de bambú en lugar de árboles, si bien el papel hecho de este material aún no tiene gran presencia en el mercado mexicano es probable que en unos años más esté mejor posicionado.
En La Nacional nos encanta investigar la historia de los productos que vendemos. Cuéntanos, ¿conoces algún otro dato sobre el papel higiénico en México?