Hablar del reciclaje del plástico o el papel, no puede tomarse como algo sencillo.

Y en La Nacional abordamos el tema con la seriedad que amerita. 

Para empezar con el proceso del papel, se requiere reciclar, es decir, someter nuevamente el papel al repulpado utilizando varias sustancias químicas para decolorarlo, y luego separar las fibras de pulpa.

Éstas se limpian y se filtran para liberarlas de contaminantes.

Posteriormente, las fibras se lavan para ser prensadas y enrolladas nuevamente en papel.

Ahora, si hablamos del plástico, para reciclarlo debe refundirse y se regrancea o, lo que implica que en su reutilización la calidad del plástico baje y se utilice en formas menos funcionales.

Si bien se requiere un 91% menos de energía para reciclar un kilo de plástico que uno de papel, aún deben mejorarse la promoción y la optimización de los flujos de reciclaje, para reducir la utilización de bolsas de un solo uso y ahorrar recursos preciados.

También, si las poblaciones de todo el mundo fueran más responsables con respecto al reciclaje de plástico, se podría reutilizar un enorme porcentaje.

–La mala fama del plástico–

De acuerdo, la imagen del plástico no suele ser muy popular que digamos.

En el mundo se consumen entre 500 millones y un billón de bolsas de plástico al año, de las cuales se estima que acaban en flujos residuales fuera de los vertederos entre el 1 y el 3 por ciento, motivo por el cual se incrementa esta mala fama.

Sabemos que mucha de la fauna marina muere por la ingestión de plástico como el popote o las bolsas y esto provoca con justa razón la indignación pública.

Es por eso que algunos países han tomado diversas medidas para tratar el creciente uso de bolsas y la contaminación que éstas provocan, mediante impuestos y prohibiciones de su uso incluso.

Sin embargo, no se dan cuenta que pueden perjudicar otras áreas industriales que dependen del plástico para distribución y almacenamiento.

–La solución está en nosotros–

Imaginemos que ahora las bolsas de plástico sean reemplazadas por las de papel. Esto implicaría que se realicen más emisiones de carbono por su fabricación en cuanto al uso de energía: cortándolas, imprimiéndolas, embalándolas y transportándolas.

Y como hemos dicho anteriormente, la solución es tener esto en mente siempre, para que reutilicemos las bolsas de plástico para las compras, así como responsabilizarnos de nuestros residuos y tomemos acciones adecuadas de separación y reciclaje, de modo que podamos tener mayor control de ellas y que no circulen por el medio natural y los mares.

En términos simples, la inversión en bolsas de calidad para transportar mercancía, así como cajas de plástico plegable, ofrece una solución más sostenible si es que tenemos la conciencia del reciclaje.

En Europa, por ejemplo, se les paga a los pescadores para que recojan la basura de la superficie con brazos mecánicos diseñados para eso.

Este tipo de iniciativas ayudan a salvar la vida marina a la vez que limpian los océanos.

Debemos empezar por alguna parte con el cuidado del Mundo.

Y en La Nacional lo sabemos, y lo llevamos a la práctica con pequeñas acciones que lograrán un cambio gigante y favorable para todos.

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